El concepto de casa pasiva nace a finales de los setenta como un tipo de construcción enfocada a la eficiencia energética y su sello supone una de las certificaciones mundiales más exigentes en materia de eficiencia energética en edificación.
En comparación con otras construcciones existentes, una construcción con certificación Passivhaus garantiza un ahorro en demanda energética de climatización de hasta un 90%, por ello se considera que éste tipo de construcciones lleva implícito un consumo casi nulo de los edificios.
En otros países europeos ya se han realizados construcciones pasivas destinadas a usos no residenciales (colegios, edificios públicos, etc.). Sin embargo, a nivel nacional cabe destacar que las edificaciones pasivas han tenido mayor acogida en el caso de la construcción de viviendas unifamiliares.
En España, el primer bloque de viviendas plurifamiliares de consumo energético de casi nulo y certificado por el Instituto Passivhaus, se finalizó en 2017 y se construyó en Pamplona. El edificio tiene 29 pisos de 75 m2 y se estimó que solo necesitarían 750W de energía para calentar cada vivienda.
Un año más tarde, también Aragón destaca por la construcción del segundo edificio multifamiliar de consumo de energía casi nulo certificado y respaldado por el Instituto Passivhaus. El edificio cuenta con 26 viviendas en una superficie total de 13.576 m2. En este caso, la empresa responsable de la dirección integrada del proyecto, promoción, gestión y construcción ha sido Grupo LOBE.
En España, la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) es la que reivindica la estandarización de la construcción de Edificios de Consumo Casi Nulo (ECCN) sobre la base del estándar Passivhaus. Mientras que el Ministerio de Fomento está ultimando la normativa que definirá el estándar de los Edificios de Consumo de Casi Nulo (EECN) y en la que está colaborando la Arquitectura Técnica española de la mano de su Consejo General.
Actualmente, es tal la importancia de la construcción bajo el estándar Passivhaus que la Directiva Europea pretende imponer, a los países miembros de la UE, que todos los edificios que se construyan a partir del 31 de Diciembre de 2020 tengan un consumo de energía casi nulo. El objetivo de las exigencias normativas es definir un estándar normativo conocido como el compromiso de los “tres veintes”: 20% de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, 20% de reducción del consumo de energía y 20% de incremento en energía procedente de fuentes renovables.
Todo ello transformará los procedimientos de diseño, construcción y gestión de los edificios hacia una mayor eficiencia energética; asimismo obligará a todos agentes que intervengan en la construcción a una necesaria formación continua. De esto y mucho más, debatiremos en la próxima Convención de la Edificación.
¡Os esperamos en CONTART 2018!