A partir del año 2014, hemos podido notar un crecimiento en cuanto a la industria de la construcción, que tan afectada se vio durante la crisis económica que azotó Europa. Esta recuperación del sector está trayendo consigo una carencia de personal cualificado, y por ende un estancamiento del crecimiento, que unido al alarmante envejecimiento del sector plantea la necesidad de actuar para atajar esto, y atraer a jóvenes cualificados a la construcción.

La carencia de personal cualificado no se relaciona con la titulación universitaria, este grupo no se ha visto especialmente afectado por la crisis, cuando se habla de carencia de personal cualificado, se hace referencia a profesionales a pie de obra, con cualificación oficial, que, debido a la inestabilidad económica y laboral del país, la migración, y la falta de atractivo para las mujeres, deja de ser considerado una alternativa profesional para la gente joven.

El principal problema de la falta de cualificación oficial tiene su origen en nuestro sistema educativo.

Es necesario que España adopte más medidas para adentrar a los jóvenes en la formación profesional. Y a pesar de que el programa FP esta por lo general en crecimiento, este crecimiento no se corresponde con nuestro sector, donde ya sea por un error de comunicación, la falta de una FP dual, o por trasmitirlo de una forma poco atrayente, las cifras de matriculados descienden cada vez más.

El cambio de esta realidad, tendrá que hacerse gradualmente. Los trabajadores del sector de la construcción son adultos, que generalmente, aunque no posean ningún título que acredite sus conocimientos, si poseen grandes competencias que han ido adquiriendo con sus años de experiencia, estos conocimientos deberían de valorizarse y poder oficializarse por medio de certificados de profesionalidad, pero desgraciadamente la ley no lo contempla, y la Administración Pública no arriesga y no concede estos certificados a la Edificación y la Obra Civil. Estos certificados de profesionalidad sólo se pueden adquirir por medio de formación, esto es una gran ventaja para personas que se encuentran en desempleo, o que les interesa empezar a formarse en este ámbito, pero no suele ser compatible con trabajadores que hacen su jornada laboral de ocho horas, resulta incompatible.

Para concluir, la situación económica actual y la nueva regulación de la formación profesional para el empleo, (concretamente en el área que nos concierne) produce que bajen las cifras de la formación profesional especialmente en la construcción.

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